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Cambios fisiológicos que se producen durante el embarazo

En el embarazo se generan unos cambios o adaptaciones emocionales, hormonales y mecánicas. Todos ellos son cambios fisiológicos que, en ocasiones, pueden complicarnos el día a día. Por ello, en este artículo te explicamos todos los cambios que se producen durante este periodo que vive la mujer hasta que se convierte en mamá.

Cambios en el sistema circulatorio

Hay una disminución de la presión arterial en el primer trimestre de embarazo y en el segundo, que aumentará al final del tercer trimestre. También hay un aumento de la frecuencia cardíaca, de la frecuencia respiratoria, un aumento del volumen de oxígeno en el útero y del volumen sanguíneo, lo que puede producir retención de líquidos y que la mujer pueda sentir más calor de lo habitual.

Por otro lado, se produce un aumento de la presión venosa (puede aparecer el síndrome del decúbito supino por la compresión de la vena cava, que suele darse en el último trimestre).

Suele haber una disminución de resistencia periférica, lo que puede provocar la aparición de varices tanto en las piernas como a nivel vulvar. También se experimenta una una disminución de la tensión.

Cambios del sistema urinario

A medida que avanza el embarazo, la vejiga es más pequeña.

Si la capacidad de la vejiga es de 300 a 500 cm³ y en condiciones normales vamos a miccionar cada 3h aproximadamente, en la mujer gestante se reduce la capacidad a la mitad, y cada hora u hora y media necesita ir a miccionar.

Cambios gastrointestinales

Debido a la subida de los estrógenos, la mujer embarazada puede sufrir náuseas y/o vómitos matutinos.

Además, también puede sufrir gingivitis, pirosis o sequedad bucal. Debido a la progesterona, puede tener estreñimiento o gases.

Cambios en la piel

Durante el embarazo, la mujer experimenta muchos cambios físicos. A nivel de la piel puede aparecer estrías, pigmentación y arañas vasculares.

Mujer embarazada que ha experimentado cambios fisiológicos

Cambios en los genitales y la mama

En cuanto a los genitales y la mama, hay un aumento de edema y vascularización en la vulva y también disminuye el pH de la vagina, lo que puede provocar la aparición de hongos.

Durante la etapa del embarazo, aumenta el tamaño del útero y de las mamas.

Cambios a nivel biomecánico

Debido a los efectos de la relaxina y la progesterona, las articulaciones y los ligamentos están mucho más relajadas, apareciendo así la hiperlaxitud. Por tanto, se puede experimentar una inestabilidad articular. Tenemos que trabajarlo en clínica para darle más estabilidad a las articulaciones.

Debido al aumento de las mamas y del útero, la mujer debe adaptarse provocando un cambio en su postura, ya sea con un aumento de curvas, o con todo lo contrario, eliminando las curvas de la columna o adelantando el cuello.

Hay muchas formas de adaptarse a estos cambios, y va cambiando en función del trimestre en el que se encuentre.

¿Qué puede suceder si la mujer embarazada no se adapta bien a los cambios?

Cuando la mamá no se adapta bien a los cambios, aparecen los dolores. Lo más común es a nivel lumbar, que también puede venir por esa relajación de las articulaciones.

Consecuencias en el suelo pélvico

Por todo ello, nuestra musculatura del suelo pélvico, a medida que avanzan los meses, sufre tanto por el aumento de presión como por la laxitud ligamentaria. Pero algunas de las consecuencias que podrían aparecer de todas estas adaptaciones son:

  • Dolores de espalda
  • Retención de líquidos
  • Varices
  • Estreñimiento
  • Más tensión en el suelo pélvico
  • Posible aparición de diástasis (hacia el final del embarazo aparece una pequeña diástasis fisiológica, que en el postparto se recupera. Es muy importante controlar que no sea excesiva)

La solución: el tratamiento con fisioterapia

Todo estos cambios y sus consecuencias se pueden trabajar con fisioterapia.

La fisioterapia proporciona a la futura mamá una mejor calidad en el embarazo, ayudando al cuerpo a hacer una adaptación postural correcta y teniendo la musculatura en las mejores condiciones posibles, tanto en fuerza como en flexibilidad. Además, le proporciona una mayor estabilidad a las articulaciones.

En casos concretos, como por ejemplo el retorno venoso y el edema del que hemos hablado, realizaríamos un drenaje ya sea manual o con presoterapia.

Todo con un programa de ejercicios específico para cada mujer, adaptándonos a cada etapa del embarazo, realizando técnicas manuales para la musculatura. Puedes consultar la importancia de la fisioterapia en el embarazo, con todos los tratamientos según el trimestre y sus enormes beneficios.

Recuerda que...
Todas estas adaptaciones que pueden complicarnos un poco el día a día o incluso el postparto no se dan siempre ni en todas las mujeres. Hay que hacer una buena exploración y una entrevista exhaustiva para cuáles son las necesidades de cada mujer.
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